La transición digital ¿urgente y necesaria?
Los ministros de Cultura de la Unión Europea en su reunión de Bruselas el 19 de noviembre último se comprometieron a promover la financiación de la digitalización de las pequeñas salas de cine, con vistas a evitar que desaparezcan ante la competencia de los complejos multisalas. Los titulares europeos de Cultura han acordado un texto de conclusiones que califica de “urgente y necesaria” la transición hacia el cine digital. Según explicó la ministra española de Cultura, Ángeles González-Sinde, los países “están estudiando si serían necesarios instrumentos nuevos o si se podrían emplear los ya existentes para la digitalización”. En Europa hay unas 30.000 pantallas de cine, de las cuales solo el 15% cuenta con un proyector digital. Un proyector de cine digital cuesta alrededor de 75.000 euros pero sistemas mas sencillos pueden implementarse como un primer paso hacia la digitalización. Mientras tanto en Francia, la UGC Cité inició ya el 9 de marzo de este año, la digitalización de todas sus salas de exhibición no solo en el territorio francés sino también en sus 600 salas distribuídas por Bélgica, España e Italia. La misma transferencia de formato exhibidor está teniendo lugar en Inglaterra.
Hay que destacar que muchos cineastas ven a esta paulatina transición como una verdadera democratización de la exhibición, especialmente si la distribución puede efectuarse en forma satelital, tal como se está intentanto en Brasil, reduciendo el costo e impedimento que significan las copias ópticas. Siempre y cuando las salas no se tranformen en templos de la tercera dimensión convirtiéndo al cine en un entretenimiento tan caro como vanal. Para maestros del cine como el DF francés Richard Andry, esta reconversión digital significa que lamentablemente la “química” desaparece a manos de lo numérico, mientras millares de jóvenes salidos de escuelas y facultades que llegan maravillados a la profesión, rápidamente son utilizados como mano de obra barata.
Pasantes, explotados, mal pagos ó impagos gracias a materiales rápidamente industrializados para conquistar mercados en lugar de ser herramientas para mejorar o facilitar la calidad artística. Recuerda Andry que ya 30 años atrás, su maestro Gerry Fisher le decía: “Dentro de poco, para ver películas tendremos que ir a los museos.”
Quienes hemos ejercido la conducción académica en el área cinematográfica sabemos de que se trata: cualquier estudiante de cine tiene muy claro quien es Tarantino o Ridley Scott, pero la mayoría, desconoce la obra de Hugo Fregonese, Leopoldo Torres Ríos, Mario Sofici, Hugo del Carril, Lucas Demare, Rodolfo Khun, Alberto Fisherman o incluso Nilsson, solo por nombrar algunos. Es aquí donde la Subsecretaría cultural de DAC se propone como actividad fundamental, la revisión y adecuada valorización de la obra y la personalidad de nuestros queridos maestros.
Para ello, realizaremos entrevistas a todos los directores de las viejas generaciones que aún viven, con el fin de conformar un archivo audiovisual que haga perdurable su testimonio y organizaremos diversos ciclos sobre obras que la mayoría del público desconoce, estructurándolos para conectar las distintas etapas del cine argentino con sus directores más representativos. Desde sus comienzos hasta la actualidad, incluyendo todos los géneros.
Con una visión latinoamericana acorde al Unasur, reforzaremos el contacto con las distintas asociaciones de autores audiovisuales hermanos del continente fomentando un intercambio en cuyo marco podamos recibir a directores latinoamericanos que dicten aquí talleres mientras nuestros realizadores harán lo mismo en esos países, aprovechando nuestra experiencia y capacidad en la realización para originar un intercambio artístico cultural permanente entre las obras y los directores del continente y el cine argentino.
Archivo: InfoDAC N° 74
