Alejandro Doria (1936 – 2009)

Director Cinematográfico

A los 72 años, víctima de una neumonía crónica por la que había sido internado semanas atrás, falleció el cineasta argentino Alejandro Doria. Comenzó su carrera como realizador en la televisión de finales de los 60, mezcló una sólida dirección de actores –su fuerte en cualquier pantalla– con temas de actualidad.

Después de varios años de trabajar en televisión –donde dirigió, entre otras tiras, la exitosa Papá Corazón, realizó para el cine Proceso a la infamia (1974), una película de corte político a la que rodeó un escándalo y pedidos de censura por parte del entonces todopoderoso director del Ente de Calificaciones Cinematográficas, Miguel Paulino Tato. El film tendría estreno finalmente en 1978. Para entonces, Doria había continuado su tarea en la pantalla chica. Su gran período de éxito comenzó un año después, en 1979, con Contragolpe y, especialmente, con La isla, un melodrama coral sobre un hospital psiquiátrico que funcionaba como metáfora transparente de la Argentina de entonces. Inmediatamente después dirigió Los miedos, que adaptaba (por lo menos desde el título) la serie de unitarios televisivos dirigida por Diana Álvarez en Canal 9, de enorme éxito crítico y semillero de una nueva generación de actores. La diversidad de personajes y puntos de vista se convirtió en su marca de estilo.

En 1982 dirigió una adaptación de la novela romántica de Silvina Bullrich Los pasajeros del jardín, protagonizada por Graciela Borges y Rodolfo Ranni. Fue cuando la censura comenzaba a retirarse y el erotismo, aunque no de modo explícito, podía campear en la pantalla. Con el retorno de la democracia, Doria construyó dos films. El primero (1984) fue Darse cuenta, drama que transcurría en un hospital público, sostenido en los enormes trabajos de Luis Brandoni, Darío Grandinetti y China Zorrilla. Y, un año más tarde, uno de los mayores clásicos del cine argentino, Esperando la carroza. El film se mantuvo más de un año en cartel y muchas de las frases de ese grotesco –que significó, también, el espaldarazo mediático final para Enrique Pinti y Antonio Gasalla– integran el imaginario popular argentino. Doria nunca quiso filmar una continuación de ese éxito, que finalmente realizaría otro director en 2009.

Sus films siguientes fueron: Sofía (1987) y otro grotesco, 100 veces no debo que lo cimentaron como gran director de actores y, en especial, de actrices. Esa característica para aprovechar todos los recursos de los intérpretes cimentaron el éxito de sus ciclos televisivos, especialmente Situación Límite y Atreverse, otros dos clásicos. Su último trabajo, Las manos (2006), que narraba la historia del padre Mario Pantaleo y protagonizado por Graciela Borges y Jorge Marrale, fue su mayor triunfo internacional: se llevó el premio Goya al mejor film latinoamericano, y obtuvo premios en Huelva y Cartagena.

 

 

 

Archivo: InfoDAC N°71

 

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